Cuantas historias, películas, libros de cocina, novelas, reportajes… se han basado en la dieta mediterránea.
Y es que no es para menos. Nuestra cultura, costumbres, nuestra forma de vivir, nuestra cocina, nuestros vinos, paisajes, nuestro clima, productos, la forma de compartir alrededor de una mesa… todo ello hace que la dieta mediterránea sea patrimonio de la humanidad.
Orgullosa de pertenecer a esta cultura tan extensa, me falta tiempo para conocer la cantidad de rincones bellos que nos ofrecen los países que la conforman y disfrutar de su gastronomía.
(Mallorca)
Entrar en esas tiendas de alimentación abarrotadas de cosas ricas, tradicionales y novedosas.
Pasear por sus calles repletas de historia y disfrutar del bullicio de los mercados, tabernas y restaurantes.
Por eso nuestra dieta mediterránea, no es solo una forma de alimentarse, es una forma de vida.
Por supuesto tiene muchos adeptos y detractores, ya que consumimos mucho gluten en nuestras pastas, panes y postres y esto hace que cada vez sean más los intolerantes al gluten.
Pero son más sus beneficios que sus perjuicios.
Una dieta cuya base principal es el aceite de oliva, muy completa por nuestra variedad de productos, pescados, carnes, lácteos, verduras, frutas, frutos secos…
En este blog encontraras recetas de diferentes países, que hemos ido recopilando, probando y transformando, para aportar también nuestro toque personal.
Un viaje por nuestra gastronomía que espero que disfrutes tanto como yo haciéndolo.
