- 600 gr. de arroz.
- 400 gr. de carne de pollo en limpio.
- 400 gr. de magro de cerdo.
- 2 chorizos.
- 2 blanquets (embutidos de cerdo blancos, muy grasos)
- 2 morcillas de carne.
- 250 gr. de garbanzos (previamente cocidos)
- 200 gr. de tomate.
- 9 huevos.
- 1.5 dl de aceite de oliva.
- Unas ramitas de perejil.
- Unas hebras de azafrán.
- Sal.
Elaboración.
Limpiar y cortar el pollo en trozos más bien pequeños y el magro en dados. Cocer en blanco los garbanzos y reservar. Limpiar y cortar el tomate en concassé. Cortar los embutidos en rodajas gruesas, (las morcillas conviene blanquearlas previamente para que no se deshagan).
Poner el aceite a calentar en una sartén y saltear el pollo y el magro, cuando esté dorado añadir el tomate y sofreír. Pasar el sofrito a un recipiente con agua donde se cocerá unos 15-20 minutos.
El aceite de la sartén se vierte en el recipiente donde se va a terminar el plato, lo mejor es una cazuela baja de barro. Sofreír en ella los embutidos cortados con anterioridad. Incorporar los garbanzos a la cazuela y erogarlos dos minutos. A continuación se añade el pollo, el magro de cerdo, el caldo y el arroz. Estos últimos a razón de doble de caldo por cada parte de arroz. Distribuir el arroz uniformemente con una cuchara de madera. Dejar cocer el arroz durante 15 minutos y a media cocción comprobar el punto de sazón y agregar el azafrán. Mientras tanto batir los huevos junto al perejil picado.
Cuando el arroz esté cocido y seco de caldo (si sobra caldo retirar con ayuda de un cacillo), cubrirle con el batido de huevos y perejil. Introducir la cazuela en el horno, previamente calentado, durante 5 ó 6 minutos a 200º C hasta que se forme la costra dorada que da nombre al plato.